Fundada en 1782 por el Rey Rama I, Bangkok es una metrópolis que combina a la perfección lo tradicional con lo moderno. ¿Quieres saber qué ver en Bangkok? Te lo contamos a continuación.
Entrar en su ritmo puede parecer difícil, pero te aseguramos que con los días que pases allí, y cuanto más la conozcas, más te gustará y disfrutarás de ella. Si te gusta estar varios días en una ciudad, puedes hacer un circuito de 10 días: Bangkok y playas de Tailandia para adentrarte en la vida local. Un dato curioso sobre la capital: los tailandeses se refieren a Bangkok como “Krung Thep” en la forma abreviada, pero su nombre oficial es “Krung Thep Mahanakhon Amon Rattanakosin Mahinthara Yuthaya Mahadilok Phop Noppharat Ratchathani Burirom Udomratchaniwet Mahasathan Amon Phiman Awatan Sathit Sakkathattiya Witsanukam Prasi”.
En Bangkok entrarás en contacto con la amabilidad de los tailandeses, disfrutarás de la delicadeza de sus danzas tradicionales y sentirás el caos de sus calles. Aquí te dejamos lo mejor que ver en Bangkok, la Ciudad de los Ángeles.
El Gran Palacio Real de Bangkok es una de esas visitas obligadas de la que no puedes escapar. Es conocido también como el “Templo del Buda Esmeralda” porque tiene una figura de jade y vestida de oro de Buda sentado que data del siglo XIV. Fue construido en 1782 por el Rey Rama I al trasladar la capital del reino de Siam de Thonburi a Bangkok. Desde ese año hasta 1925, este complejo fue la residencia oficial del rey y la familia del antiguo reino de Siam. Aunque en la actualidad no cumple con esa función, sigue siendo el escenario para la celebración de eventos oficiales.
El Palacio tiene en su totalidad alrededor de 218.000 metros cuadrados. Podrás recorrer las distintas zonas de las que se compone, con pabellones, templos, jardines, patios, museos y salas, todos con un nivel de detalle que te cautivarán.
El Templo Wat Pho se encuentra al lado del Gran Palacio Real de Bangkok. Es conocido sobre todo por su gran Buda Reclinado que tiene 46 metros de largo y 15 metros de altura. Gigante, ¿verdad? De hecho, ¡es el Buda reclinado más grande de Tailandia! Está recubierto en pan de oro y casi no cabe en la sala en la que se encuentra. ¡No te lo puedes perder en tu visita a Bangkok! Detrás del templo encontrarás un sitio donde se desarrolla una tradición budista para repartir limosna. Consiste en urnas con monedas que se encuentran en una mesa y que los visitantes pueden repartir en los cuencos para cumplir con esa tradición.
Otra característica interesante que encontrarás en Wat Pho es su centro de enseñanza de Medicina Tradicional. Allí se certifican los masajistas y puedes darte un buen masaje tailandés.
Wat Arun es un templo budista que se encuentra en la orilla del río Chao Phraya, prácticamente en frente del templo Wat Pho y en diagonal al Gran Palacio Real. Este templo es otro de los indispensables que ver en Bangkok, y es que su silueta es una de las más conocidas de la ciudad, sobre todo al atardecer.
El templo fue cambiando de nombre a través de los años y con los distintos reyes. Te contamos su historia brevemente: en un principio, durante el Reino de Ayutthaya, la zona donde se encuentra el templo formaba parte de la ciudad de Thonburi y en su lugar había un templo budista llamado Wat Makok. En 1767, cuando los birmanos destruyeron Ayutthaya, el por entonces Rey Taksin movió la capital de esa ciudad a Thonburi. Allí fue cuando vio el templo al amanecer y lo comenzó a llamar Wat Chaeng, que significa “Templo del Amanecer”. Por aquél entonces era el templo real y el Buda Esmeralda, que hoy está en el Palacio Real, se encontraba allí.
Fue el Rey Rama I, sucesor de Taksin, quien decidió designar la capital al otro lado del río y trasladar el Buda Esmeralda al Gran Palacio. El siguiente rey, Rama II, siguió con la misma idea para el nombre y fue un poco más allá: lo rebautizó como Wat Arun Rachatharam por el dios hinduista Aruná, que personifica el amanecer.
Por último, fue el Rey Rama III, quien reinó entre 1284 y 1851, el que le daría el nombre con el que se conoce hoy: Wat Arun Ratchavararam. Una de las principales atracciones del templo Wat Arun son sus prangs (torres). Las cuatro torres pequeñas representan cuatro dioses guardianes que rodean la principal. La más alta tiene alrededor de 80 metros de altura y representa el Monte Meru, el centro del Universo de acuerdo a la cosmología Tibetana budista. Podrás subir a lo alto de ella a través de una escaleras empinadas, ¡realmente vale la pena el esfuerzo! Desde la cima hay unas vistas increíbles de la ciudad y del Río Phraya.
El templo Wat Saket es un templo budista conocido también como la Montaña de Oro. Este templo es muy importante ya que conserva algunas reliquias de Buda que fueron traídas de la India y tiene una Gran Estupa Dorada que demuestra su grandeza.
Para subir a la cima del templo tendrás que subir unos 318 escalones entre vegetación frondosa. Puede parecerte una subida pesada, pero realmente vale la pena hacerla para disfrutar de sus maravillosas vistas de 360º de Bangkok. Durante muchos años esta montaña fue el punto más alto de la ciudad. En la actualidad destaca entre los rascacielos y las construcciones más modernas de Bangkok, pero ya fue superada ampliamente en altura.
El templo fue erigido por primera vez por el Rey Rama III en otra ubicación cercana, pero fue destruido por un derrumbe de esta misma montaña. Para la construcción del templo actual utilizaron los restos del anterior como base, haciéndola aún más fuerte.
El Mercado del tren Mae klong es otro de los sitios distintos que ver en Bangkok, a unos 80 kilómetros de la capital.
El mercado ya estaba instalado en su ubicación actual cuando se decidió construir una vía del tren que cruzara por el medio. Negándose a cambiar de lugar, los vendedores decidieron desarrollar un sistema para poder desmontar y montar sus puestos rápidamente al pasar el tren. ¿Cómo funciona el sistema? Cuando el tren está llegando, toca la bocina y los vendedores recogen sus productos. Una vez que el tren pasa, vuelven a desplegarlos para seguir con las ventas con total normalidad.
El tren pasa unas ocho veces al día y, en cada una de ellas, sucede este curioso trajín.
La Casa Museo de Jim Thompson es una visita peculiar y algo distinto que ver en Bangkok. La casa, de estilo tradicional thai, pertenecía a un arquitecto y comerciante de seda norteamericano: Jim Thompson. Los seis edificios que la componen fueron trasladados desde otras provincias de Tailandia, como Ayutthaya, y el complejo se completó en 1959.
Thompson fue enviado a Tailandia por el ejército norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial. Trabajó brevemente como Jefe de Inteligencia en Bangkok y regresó a su país de nacimiento, solo para volver a instalarse definitivamente en la capital tailandesa algunos años después. Vivió un total de 22 años en este país del sudeste asiático. Fue uno de los responsables del crecimiento de la industria de la seda tailandesa, creando su empresa Thai Silk Company Limited en 1948.
El empresario desapareció misteriosamente durante un viaje a Malasia en 1967 y aún no se sabe qué es lo que le pasó. Tras su desaparición, la James H. W. Thompson Foundation se hizo cargo del mantenimiento y la conservación de la casa. Thompson era también coleccionista de arte y en su casa aún se encuentran las obras que había elegido para decorarla. Podrás acceder gratuitamente a los jardines y al recinto, pero te recomendamos que accedas al interior de la casa con una visita guiada para conocer con más detalle cómo vivió Jim Thompson y poder ver su colección de arte.
El Mercado Flotante de Damnoen Saduak es uno de los mercados más importantes del país, por lo que es una de las mejores cosas que ver en Tailandia y en Bangkok. Se encuentra a unos 100 kilómetros de distancia de la capital y es muy sencillo llegar en transporte público y con tours guiados. Los vendedores tienen puestos tanto al borde del río como sobre algunos barcos pequeños. Como comprador y visitante, te recomendamos que primero recorras los canales en un barquito para tener la experiencia de verlo desde el agua y que después bajes y recorras sus callejuelas probando sus productos típicos.
Los vendedores ofrecen una gran variedad de productos: hay puestos de comida callejera, barcos con frutas y verduras, bebidas frescas y artesanías locales. También encontrarás las infaltables tiendas de souvenirs donde será imprescindible que regatees, ¡recuerda hacerlo siempre con una sonrisa!
* Actualizado en Enero de 2020.