Viaje Fly and Drive a Islandia: Península de Snaefellsnes, Laguna Azul y Skógafoss en 7 días

Tu aventura islandesa comenzará ni bien llegues al aeropuerto de Keflavik. Recoge tu vehículo de alquiler y conduce a través del hermoso paisaje hasta la capital de esta salvaje tierra de fuego y hielo.

Si llegas en un vuelo matutino recomendamos visitar la famosa Laguna Azul de Islandia, con sus humeantes aguas turquesa alimentadas por el corazón de la tierra.

Alojamiento en Reikiavik.

Desde Reikiavik te pondrás al volante hacia la región de Borgarfjördur de camino a la península de Snaefellsnes, famosa por el majestuoso volcán glaciar Snaefell. Podrás pasar el día explorando los pilares de basalto de Gerdouberg; la iglesia negra de Búdir, rodeada de un campo de lava; y Arnarstapi, pequeña caleta de pescadores donde imponentes columnas de roca ígnea han sido esculpidas con el reventar de las olas. También podrás ver escarpados acantilados donde anidan gaviotas tridáctilas y charranes árticos.

Crea tu propia ruta escénica conduciendo por las playas de arena negra de Djúpalónssandur y por los pintorescos pueblos costeros del norte de la península.

Noche en Snaefellsnes o alrededores.

Desde Snaefellsnes, regresa a la región de Borgarfjörður para explorar mejor esta última.
Podrás hacer una parada en las aguas termales de Deildartunguhver –la fuente termal más poderosa de Europa–, y las cascadas de Hraunfossar, en Reykholt, donde el agua del río fluye a través de un campo de lava. 
Continúa hacia el Parque Nacional Thingvellir, maravilla geológica donde el movimiento de las placas tectónicas ha dejado profundas cicatrices en la corteza terrestre, en la forma de grietas y fisuras que se extienden más allá del horizonte.

Noche en Laugarvatn, Selfoss, o alrededores.

En este cuarto día, visita algunas de las zonas más icónicas de Islandia. Las aguas termales de Strokkur, en la zona geotérmica de Geysir, exhiben una plétora de pequeños manantiales que hierven y burbujean, mientras escupen al aire columnas de agua de hasta 15 metros de altura.

Después de un corto viaje en coche, te maravillarás con las cascadas más hermosas de Islandia: la etérea Gullfoss; la cascada de Seljalandsfoss, detrás de cuyo velo de agua podrás caminar; y Skógafoss, una de las más altas en la isla.
Un poquito más adelante podrás hacer una parada en el magnífico Cabo Dyrhólaey, tomar el camino hasta su cima y observar las aves anidando en los acantilados, o conducir hasta las playas de arenas de azabache en su base. Tened en cuenta que Dyrhólaey está cerrado durante la temporada de anidación de los frailecillos, desde el 15 de mayo hasta el 23 de junio.

Alojamiento en el área de Klaustur/Vík o alrededores.

Hoy conducirás a través de las sobrecogedoras llanuras de arena negra de Mýrdalssandur, el campo de lava de Eldhraun, y el inmenso Skeiðarársandur, término del glaciar Vatnajökull, el más grande de Europa y notable por sus intensos hielos azules.
Podrás hacer una parada en el Parque Nacional de Skaftafell, un gélido oasis rodeado de glaciares y oscuras arenas, ideal para practicar senderismo; y la espectacular laguna glaciar Jökulsarlón. Antes de regresar a Vik puedes tomar un viaje en bote en la laguna y ver de cerca los enormes peñascos de hielo que flotan en sus aguas.

Alojamiento en el área de Vík o alrededores.

Ponte al volante para regresar a Reikjavik pasando por Selfoss y Hveragerdi. Luego podrás relajarte en la ciudad capital o, si no lo hiciste en el primer día, visitar la humeante Laguna Azul, en la Península de Reykjanes.

Alojamiento en Reikiavik.

Después de haber quedado atónito con la inusual mezcla de desolación y apabullante exuberancia que es Islandia, es hora de regresar a casa. Dependiendo de tu horario de vuelo podrás disfrutar de tu último día paseando por Reikiavik antes de ir al aeropuerto, o mejor aún, considera reservar una noche extra en la pintoresca capital, una de las ciudades más limpias, verdes, y seguras del mundo.

Regreso al aeropuerto para tomar el vuelo con destino a tu ciudad de origen.