Rodeada de antiguos misterios y leyendas, la fabulosa “Tierra de oro” es uno de los países más originales y exóticos de Asia. Myanmar no es, ni mucho menos, uno de los países más fáciles o cómodos para visitar en Asia, pero ofrece maravillosos paisajes y su gente es increíblemente amistosa. Además, una visita permite ser testigo del funcionamiento de un régimen grotesco que mantiene a esta nación aislada del resto del mundo. Te invitamos a descubrir las principales zonas de Myanmar.
Yangón
La antigua capital del país y su mayor urbe alberga la pagoda Shwedagon, que, asomada a un precioso lago y presidida por una impresionante y dorada estupa o relicario monumental, es la más venerada del territorio. También merece la pena echar un vistazo a la pagoda Sule y el antiguo barrio colonial que la rodea, o acercarse al mercado Bogyoke, ideal para las compras del viajero.
Está situada a unos 30 km. del mar, en la fértil zona del delta del sur de Myanmar, a las orillas del río Yangón. Al caer la noche, sus amplios bulevares cobran vida con miles de puestos donde se vende todo tipo de comida de aspecto delicioso y pilas de enormes cigarros puros. Si uno se olvida del estado de deterioro de la antigua arquitectura colonial del centro de la ciudad, se podría afirmar que Yangón es una de las ciudades más encantadoras de Asia.
Bagán
Fundada como primera capital del Imperio birmano en 1044 por el rey Anawratha. A orillas del río Ayeyarwady, es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Asia, con miles de templos dispersos en una amplia llanura de unos 40 km. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1975.
Esta desconcertante ciudad abandonada, llena de fabulosas pagodas y templos es una de las maravillas de Asia. El período de esplendor de Bagán se prolongó desde el siglo XI hasta el siglo XIII, y durante ese tiempo se construyó un gran número de magníficos edificios. La ciudad fue saqueada por Kublai Khan en 1287 y nunca fue reconstruida. De los casi cinco mil templos los más interesantes son Ananda, Thatbyinnyu y Gawdawpalin.
Mandalay
Fue la última capital antes de la invasión británica en el siglo XIX. Es la segunda ciudad más importante del país y capital del Budismo.
Este centro cultural de gran extensión es la ciudad más birmana de Myanmar. Entre los lugares más notables de Mandalay se cuentan Shwenandaw Kyaung, el único edificio que queda de lo que fue una vez un suntuoso palacio rodeado por un foso; la colina de Mandalay con sus escaleras en espiral, sus templos y sus vistas panorámicas, y la antigua estatua de Rakhine Buda, en la pagoda de Mahamuni. Otra de las atracciones de Mandalay son los bulliciosos mercados con productos y objetos de artesanía de todo el Alto Myanmar. En las cercanías hay cuatro ciudades imperiales desiertas: Amarapura, Sagaing, Ava y Mingún.
Monte Popa
Entre Bagán y Mandalay, sobre una solitaria colina llamada Monte Popa, se encuentra el templo al que accederemos tras una subida de 777 escalones para admirar las hermosas vistas de la pequeña ciudad.
Lago Inle
Este lago es un mundo en sí mismo. Los “inthas” se han adaptado a vivir en este medio y aquí encontramos mercados flotantes, templos, pagodas, comercios y mercadillos. Además, llama la atención la peculiar forma de remar empujando el remo con una pierna. Una suave atmósfera se respira desde las largas canoas que nos transportan a través de sus aguas.
Amapura
Antigua capital del reino birmano, la «ciudad inmortal» está situada a una hora de Mandalay. Se puede observar cómo viven los más de 1.000 monjes que residen y estudian allí. Es también conocida por su puente de madera de teca U Bein y por su industria de seda. El famoso puente de teca de U Bein, de 150 años, es el lugar más frecuentado por los visitantes y el objetivo de muchos fotógrafos. Construido bajo el reinado de Bodawpaya, se encuentra sobre el lago de Taungthaman, que está en parte vacío durante la estación seca y se llena con las lluvias del verano.
Ngapali beach
Espectacular playa de la costa del Estado Rakhine en la bahía de Bengala. Una playa casi virgen de fina arena blanca, cocoteros, palmeras, aguas claras y una amplia oferta hotelera. Todos los hoteles están en primera línea de playa y, además, hay muy buenos restaurantes especializados en mariscos y pescados frescos.