Casi podría decirse que Sri Lanka es la isla perfecta: ni muy grande para perderse en una visita interminable, ni demasiado pequeña para recorrerla con rapidez y dar paso al tedio. Por si fuese poco, en ese tamaño justo se encuentra de todo: hermosas playas de aguas transparentes, abundantes ríos de diversos caudales, montañas que invitan al reto de escalarlas, bosques ideales donde se han instalado a vivir toda clase de animales y plantas. Esta variedad de zonas de Sri Lanka garantiza un estímulo perceptivo constante que, sumado al carácter amable de sus habitantes permite unas vacaciones ideales, tanto si se desea una actividad frenética como si el objetivo es solamente el descanso.
Pinnawala
Es una de las reservas de elefantes más importante del mundo y uno de los lugares más visitados del país. Se inauguró en 1975 con cinco elefantes y ahora alberga a 70, muchos de ellos de entre 1 y 3 años. Su propósito es proteger a los elefantes bebés que se encuentran abandonados en las selvas, algo que sucede con alarmante frecuencia debido a la desmedida caza furtiva. Los propios turistas pueden darles el biberón y ayudar a los paquidermos a ganar suficiente fuerza para unirse a las manadas adultas.
Kandy
Preciosa ciudad situada en las regiones montañosas donde se ubica el famoso Templo del Diente de Buda y sus palacios y jardines asociados. Presenta un carácter arquitectónico particular, gracias a los tejados de tejas ligeramente inclinadas. El centro de la ciudad constituye un delicioso compendio de tiendas antiguas, bullicio, autobuses, mercados y hoteles. Su centro de interés más destacado se localiza en el octogonal Dalada Maligawa (templo del Diente), que acoge la reliquia religiosa más importante de Sri Lanka: un diente sagrado de Buda.
Sigiriya
La espectacular fortaleza maciza de Sigiriya constituye un baluarte inexpugnable, un retiro monástico y una galería de arte en la roca. Erigida en el siglo V para rechazar una temida invasión, está emplazada en lo alto de una roca elevada a 200 m de altura. En el momento álgido de su gloria debió de ser una construcción similar a un chateau europeo plantado en medio de Ayers Rock.
Cuenta con jardines acuáticos, frescos de doncellas realizados en la roca, un muro de mil años de antigüedad con inscripciones de los visitantes, un par de enormes garras de león de piedra y vistas impresionantes.
Parque Nacional Yala
En el Parque Nacional de Yala, al extremo sureste de Sri Lanka, habita la población más numerosa de leopardos del mundo. Aquí se hacen safaris con una duración que puede variar desde medio día hasta dos días. Hay diversas entradas, pero vía Okanda pueden divisarse un gran número de aves acuáticas, especialmente en el Pantano de Kumana. Otros animales presentes en el parque son los elefantes, cocodrilos, águilas y ciervos.
Weligama
La pequeña localidad de Weligama, en el sur de Sri Lanka, es uno de esos lugares donde el tiempo parece haberse detenido.
Con varios kilómetros de costa bañada por aguas cálidas y cristalinas, Weligama atrae a viajeros en busca de contemplar a los pescadores típicos de la región con su manera tan curiosa de pescar. Disfrutar de ver a estos cingaleses realizando su oficio de una manera tan diferente y curiosa se ha convertido en algo obligado para todos los que visiten Sri Lanka.
Estos pescadores desempeñan su trabajo sobre unos postes de madera que están clavados en el mar.
Estos postes tienen un par de maderas finas atravesadas horizontalmente que sirven para que el pescador pueda sentarse y descansar después de largas horas trabajando.
Nuwara Eliya
Es una combinación de arquitectura tudor y georgiana, tejados a dos aguas, céspedes inmaculados con rosales y lápidas cubiertas de musgo. Merece la pena una visita al pintoresco Hill Club (que dispone de campo de golf y pistas de tenis) o a los jardines botánicos y las plantaciones de té en las colinas de los alrededores.